La dedicatoria del libro contiene ya algunas pistas:
A LEON WERTH¿A qué escritor sensato se le ocurre dejar por escrito sus correcciones y vacilaciones en torno a la misma dedicatoria del libro? Pero... ¡Saint-Exupery no era mal escritor! Así que esta dedicatoria es un ejercicio retórico, es ya literatura, forma parte de la obra. ¿Y qué nos revelan estas palabras? Algo encontramos en las tres excusas:
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan). Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A LEON WERTH CUANDO ERA NIÑO