Mario Vargas Llosa en la biblioteca de su casa en Madrid.
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En su Elogio de la educación (Taurus, Great Ideas, 2015), Mario Vargas Llosa recopila varios textos en los que responde a preguntas del tipo: ¿Qué es un gran libro? ¿Leer, nos hace mejores? ¿Por qué dedicar nuestro tiempo a la ficción? De esta forma desmitifica la idea de la Literatura como pasatiempo y la sitúa en el contexto la formación de personas. Huelga decir que el Nobel sabe que la Literatura no es sólo una herramienta pedagógica. Es más: es formativa precisamente porque no es una herramienta, sino expresión y desarrollo de nuestra propia naturaleza humana.