«Sólo si es una tertulia». Era la condición para que Chema Alejos y yo nos animáramos a conversar durante una hora sobre un tema tan difícil. La gracia de la tertulia está en que quienes hablan no son expertos en el tema, sino que tratan de tener una conversación inteligente, de aprender a pensar en compañía. Incluso con esa advertencia, el título del coloquio en la U-Shop de la UFV nos presionaba:
Origen y sentido del regalo. En un buen lío nos había metido nuestra querida Gemma. Menos mal que un buen número de alumnos –teniendo en cuenta que empiezan los exámenes- y unos cuantos colegas de la universidad, vinieron a echarnos una mano. Fue el 12.12.2018, a las dos en punto de la tarde.
«Empecemos por poner los tópicos sobre la mesa. ¿Qué es regalar?», dije. Benditos alumnos. Allí estaban, respondiendo. «Una acción por la que se da algo a alguien». «Ese algo debe ser significativo». «No es tanto lo que regalas, como el hecho de regalar». «Muchas veces es como un gesto, un detalle con el otro». «Muchos regalos son un símbolo: hay algo material, pero se hace para entregar algo inmaterial». «A veces, lo que no sabemos o logramos decir con palabras, lo hacemos con un regalo». «Hay una sorpresa». «No tanto el regalo, sino el acto de regalar: es una sorpresa, un acto inesperado». «Es algo libre, no necesario; no hay por qué regalar y, sin embargo, lo haces». «Es la gratuidad lo que es bonito del regalo». «Bueno, ya no es tanto así. Ahora, en Reyes, hay que regalar sí o sí. Se ha vuelto algo obligatorio». «Regalar ha perdido su sentido, porque ya no lo haces porque quieres, ni te sientes especialmente regalado cuando te dan algo». «Parece un invento del Corte Inglés para incitar al consumo, para obligarnos a todos a gastar dinero».