Llevarse los problemas de copas con los amigos es un buen consejo para preparar
un examen final... Aunque quizá el mejor día no sea justo el anterior al del examen.
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Me gusta decir a mis alumnos que el examen final de una asignatura es como el All Stars de la NBA, como una final de la Champions League: el partido por excelencia, un momento cumbre para brillar y sacar lo mejor de nosotros. Hemos entrenado todo un año, practicado nuevos movimientos, técnicas eficaces, ideas bien probadas... Toca ahora demostrar de qué somos capaces. Es nuestro momento. Lo digo al principio de curso y algunos sonríen. Pero el examen se acerca, y quien no entrenó durante el año quiere borrarse del partido. Incluso entre los mejores jugadores hay quien siente una tensión tremenda, duerme mal la noche anterior, reza a un dios del que no se acuerda el resto del año y lo pasa realmente mal.