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Johannes Vermeer, Mujer de azul leyendo una carta (1662-1663). |
Antes de matricularme en Periodismo ya contaba en mi
curriculum con la creación de un par de fanzines fracasados vinculados a juegos de rol y en mi primer año de carrera creé con varios compañeros
Cosa vostra, maquetado con QuarkXpress, impreso en casa y fotocopiado y grapado en la universidad. Aquel título resultaba sospechoso a las autoridades académicas, así que nos convocaron a los
responsables y nos ofrecieron una alternativa más profesional: llenar de contenido atractivo para la gente joven una publicación institucional llamada
Gente Universitaria, que fue el pre-embrión de lo que hoy, más de 15 años después, se llama
Grupo Mirada XXI. Allí, alumnos noveles acompañados por veteranos y coordinados por profesores crecen y aprenden en un entorno profesional. En aquellos tiempos de ebullición universitaria trabajé codo con codo con profesores, profesionales y compañeros de carrera. Algunos de nosotros (corría el año 1996) empezamos a comprender que el papel era caro y que podíamos ser periodistas –y directores de nuestros propios medios– gracias a internet. El más emprendedor de nosotros,
Pablo A. Iglesias (
@PabloAIglesias), fundó
LaSemana.es y en cuanto pude me incorporé a su equipo. Allí sigo publicando todos los lunes.
Una de las personas que descubrí en aquel tránsito desde
Cosa vostra a
LaSemana.es, pasando por
Gente Universitaria, fue el profesor doctor
Edward Mulholland (
@EdwardMulhollan), neoyorkino con sangre irlandesa que dominaba el español mejor que yo -que soy de aquí, de
Madriz-. Ahora da clase de Introducción a la Literatura Hispánica en el
Benedictine College (Atchinson, Kansas) y me cuenta que hace unos días, durante la última clase del curso, se despidió de sus discípulos regalándoles una “Carta de la Literatura al alumno” escrita por él.