La felicitación es cortesía de @AmaliaCasado #cosasbonitas_quecambianelmundo, 2013. |
El 1 de septiembre de 2012 empezábamos esta aventura con un pequeño homenaje al tábano de Atenas: «Escribiré como Sócrates me enseñó a vivir: con una mentalidad dialógica». Dediqué la primera entrada «a Winston Smith [protagonista de 1984]. A todos los Winston Smith que escribieron en beneficio de innumerables otros sabiendo que aquello les constaría la vida». Aquellas palabras no marcaban un tema, sino una actitud: la de gastar la vida o morir escribiendo sobre aquello que libera y mejora a quienes dialogamos amistosamente sobre ello.
Todas las entradas han tenido un destinatario directo o indirecto: mis alumnos universitarios. En el fondo, escribo para uno de ellos, aunque su nombre debe permanecer oculto. En todo caso, en él y en ellos late un destinatario universal, como lo fue el Lucilio en las epístolas de Séneca. Ha sido una sorpresa, un honor y un placer descubrir a muchos lectores esperados e inesperados. Valoro especialmente los comentarios a las entradas, que inauguran lo más parecido a un diálogo que puede ofrecer un blog.