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martes, 17 de septiembre de 2024

Periodismo, deporte y pensamiento crítico

Fotograma de El peor equipo del mundo (Taika Waititi, 2023).

Este año estreno la asignatura de «Bases del Pensamiento Crítico» en 1º de Periodismo (Universidad Francisco de Vitoria). Nueva en el plan de estudios que entra en vigor en 2024, la asignatura se imparte en el primer semestre y pretende paliar una carencia cada vez más notable en el mundo profesional del periodismo. Algunas series televisivas, como The Newsroom (Aaron Sorkin, HBO, 2012-14), parecen diseñadas explícitamente para identificar y combatir esa carencia. La serie me interesó tanto que le dediqué varias notas de este blog, con la intención de trabajarlas con mis alumnos de Teoría de la Comunicación. 

En la literatura anglosajona, el «pensamiento crítico» suele limitarse a enseñar técnicas para detectar falacias lógicas o evaluar la calidad de las fuentes de información. Esto es necesario, pero no es suficiente. El pensamiento crítico, además de un conjunto de técnicas, es una virtud, un hábito intelectual que, para aplicarse adecuadamente, debe ir acompañado de otros hábitos intelectuales y morales. Es necesario, por ejemplo, combinar pensamiento crítico y pensamiento creativo, como trataré de hacer más abajo. Es preciso también no reducir el pensamiento creativo a otro conjunto de técnicas, sino formarlo como otro hábito. Distinguir cuándo toca ser creativos y cuándo críticos es un arte, del que se ocupa otra virtud, la prudencia. Y la prudencia conecta las virtudes intelectuales con las morales: templanza, fortaleza, justicia, etc.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Cinco consejos para dejarte domesticar por buenos libros

On Reading (París, 1929), fotografía de André Kertész.
Me pregunta un alumno (1º Grado en Humanidades) por consejos para el estudio a fondo de los «buenos libros», esos a los que permitimos que nos «informen» verdaderamente, no el sentido de que nos den buenos datos, sino en el de que dan-forma a nuestra humanidad, gracias a la humanidad impresa en ellos [Actualización: nuevo mapa mental · 25.03.2020].

lunes, 12 de marzo de 2018

Colegio de profesores: del francotirador a la comunidad docente

Minutos antes, con mis colegas en la presentación: 
Manu Casal, Ana del Valle, Paula Puceiro y Laura ZazoEl Escorial, 4-09-2017.

«Bienvenidos al concierto, gracias por estar aquí, vuestro impulso nos hará seres eléctricos». Sí, estoy citando el Bienvenidos de Miguel Ríos. Su voz me habla al oído cada vez que empezamos un curso académico, pues la presencia de nuevos y desconocidos alumnos me llena de energía. Esa energía me anima a volver al teclado para seguir compartiendo aquí reflexiones sobre comunicación, universidad y cultura, vinculadas muchas veces a mi propia vocación docente.

viernes, 2 de junio de 2017

Un reto para todas las horas: «descubrir y pronunciar tu palabra para el mundo»

Acto de graduación de la Facultad de Comunicación, 2-06-2017, Universidad Francisco de Vitoria.

Era la primera vez que las cinco carreras de la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria celebraban en común el acto de graduación de sus alumnos. Me vi obligado a preparar una lección magistral que llegara al núcleo común de los cinco grados y, al final, me salió un discurso que toca el núcleo mismo de nuestra condición humana. Prometí a quienes me lo pidieron que encontrarían el discurso en el blog. Creo, no obstante, que si sacaste provecho de otras entradas que has encontrado por aquí, también puede interesarte esta. Te dejo con mis palabras.

martes, 28 de marzo de 2017

Los nuevos enfoques de la formación universitaria


El salón de mi casa se ha convertido en las últimas semanas en un magnífico auditorio cuyo programa diario de conferencias, debates, mesas redondas, conciertos y exposiciones resulta envidiable para cualquier amante de la cultura. Se lo debemos al chromecast, que nos permite proyectar en la tele contenidos de las mejores universidades, instituciones y fundaciones del mundo que comparten sus actividades, entre otros lugares, en Youtube.

domingo, 17 de enero de 2016

Disfrutar del examen

Llevarse los problemas de copas con los amigos es un buen consejo para preparar 
un examen final... Aunque quizá el mejor día no sea justo el anterior al del examen.

Me gusta decir a mis alumnos que el examen final de una asignatura es como el All Stars de la NBA, como una final de la Champions League: el partido por excelencia, un momento cumbre para brillar y sacar lo mejor de nosotros. Hemos entrenado todo un año, practicado nuevos movimientos, técnicas eficaces, ideas bien probadas... Toca ahora demostrar de qué somos capaces. Es nuestro momento. Lo digo al principio de curso y algunos sonríen. Pero el examen se acerca, y quien no entrenó durante el año quiere borrarse del partido. Incluso entre los mejores jugadores hay quien siente una tensión tremenda, duerme mal la noche anterior, reza a un dios del que no se acuerda el resto del año y lo pasa realmente mal.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Una defensa de tesis doctoral: «Llevar un hecho a la plenitud de su significado»

Ana del Valle, momentos antes de comenzar la defensa de su tesis. Foto: @Suka131.

«No nos asombremos demasiado de hallar, en lugar de las palabras travelling, encuadre, objetivo y toda la fastidiosa jerga de los estudios, los términos más nobles y pretenciosos de alma, dios, inquietud o pecado» (Son palabras de Jean-Luc Godard en referencia al cine de Alfred Hitchcock).

Así comenzó Ana del Valle la defensa de su tesis doctoral, que lleva por título La posición de cámara y el montaje en el cine de Alfred Hitchock como un acto moral. La tesis ha sido defendida en la Universidad Francisco de Vitoria, ante un tribunal integrado por José Manuel García Ramos (presidente), Ninfa Watt, José Ángel Agejas, Juan Orellana y Pedro Javier Gómez Martínez.

Quiero agradecer a cada uno de los miembros del tribunal su lectura rigurosa y a fondo de la tesis; lo valioso de sus aportaciones; el modo en que se han puesto en juego reflexionando a partir del contenido de la tesis; su arte al lograr que sus correcciones orienten, formen y mejoren el trabajo de la doctoranda; y la profundidad y el valor de sus preguntas. Lamento ahora no haber grabado todas sus intervenciones para meditarlas con mayor tiempo y calma.

Fue un acto académico vibrante, de gran altura, tanto intelectual como existencial. La tesis ha recibido la calificación de Sobresaliente cum laude por unanimidad; y pronto tendré ocasión de compartir contigo más cosas sobre la “original” y “extraordinaria” tesis de mi primera doctoranda, pues “hay que tener valor para hacer una tesis sobre Hitchcock y pretender decir algo nuevo, y esta tesis lo ha logrado” –son todas palabras del tribunal–.

miércoles, 15 de julio de 2015

Discutir: esa es la tradición

Profesores de la Universidad Francisco de Vitoria discuten sobre el sentido del atrio de los gentiles en Jerusalén.
Septiembre de 2011. Foto: Álvaro Abellán-García.
Dos jóvenes rabinos discutían sobre si la tradición apoyaba unos u otros ritos. Fueron a exponer su disputa a uno de los más sabios. «Yo creo que la tradición es…», dice el primero. «No, esa no es la tradición», contesta el viejo rabino. Entonces el otro, envalentonado, espeta: «Claro que no es esa; la tradición es…». Pero el anciano contesta: «No, esa no es la tradición». Confusos, ambos piden la respuesta al sabio, para así evitar seguir discutiendo. «¡Ah! Discutir. ¡Esa es la tradición!», contestó el anciano.

Hay quien relata esta anécdota como un chiste sobre la cultura judía, pero otros saben que es verdad. Es propio de judíos discutir entre ellos el sentido correcto de sus tradiciones. Es propio de griegos discutir el origen de cada cosa y el sentido de las decisiones a tomar. Es propio de romanos discutir sobre política, derecho y guerras. Es propio de cristianos discutir de todo, incluso de Teología y aun cuando durante un tiempo se jugaran la vida al hacerlo. Es, en definitiva, propio de Occidente, creer que existe la verdad, que no la inventamos nosotros –ni como personas, ni como pueblos– y que está en nuestras manos, gracias al debate, llegar a certezas sólidas que dirijan nuestra vida, y no dejar ésta al capricho, la opinión o la moda.

lunes, 13 de julio de 2015

Dar clase con la boca cerrada (y sin usar super-poderes)

Patrick Stewart es Charles Xavier en X-Men (Bryan Singer, 2000). 
El profesor Xavier puede controlar la mente de sus alumnos, pero renuncia a hacerlo. ¿Por qué?

Don Finkel dedicó su vida a la docencia universitaria. Escribió una última obra en la que, poco antes de morir, relata sus experiencias y criterios docentes. Es un testimonio interesante, además de una reflexión y propuesta metodológica aprovechable. El libro está dedicado a su esposa y a sus cuatro hijos y el tono es radical al tiempo que moderado. Radical en su propuesta, moderado en su carácter. El título es todo un desafío: Dar clase con la boca cerrada, y no es una metáfora. La obra está prologada por Ken Bain, autor de Lo que hacen los mejores profesores universitarios, libro que rescatamos de vez en cuando para este blog.

La propuesta de Finkel consiste en «dejar que hablen otros»: los libros, los estudiantes, los colegas, etc. El papel del profesor consiste en escoger una gran obra, ponerla en manos de los alumnos, dejar que éstos descubran las preguntas de fondo, dejar que las respondan, intervenir lo justo para que el debate no se salga de quicio y dar las respuestas justas, sólo cuando se tiene la seguridad de que los alumnos no podrán responderlas y después de que ellos hayan ensayado las respuestas que llevan dentro. El reto jamás es solucionar el libro pues si es un libro grande sus misterios son eso, misterios, y no tienen solución. Sencillamente, esos libros nos iluminan, nos descubren cosas, enmiendan o fecundan nuestra vida, nos despiertan del sueño cotidiano.

viernes, 12 de junio de 2015

El examen de «la verdad» (o la refutación por la barba de Chema)

"Examen de la verdad", 1º de Comunicación Audiovisual, junio de 2015.

La pregunta por «la verdad» ha sido uno de los temas más controvertidos en el último siglo. En general, el pensamiento postmoderno acusó a los defensores de la verdad de cierto afán totalitario, pues a la verdad le añaden inmediatamente el calificativo de «absoluta» y su consecuencia inevitable: su «imposición». La razón es clara: las guerras de religiones y las guerras mundiales que asolaron el corazón de Europa se hicieron en nombre de «la verdad», entendida ésta como una idea que se nos impone inevitablemente.

El lema de la Ilustración, «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo», refleja bien esa mentalidad paternalista de que unos pocos intelectuales piensan qué es «la verdad», lo inyectan en la masa social –el sistema educativo y los medios de comunicación como panacea que resuelve todos los males– y, de esa forma, gracias a la obediencia de la masa, se instaura el orden social perfecto sobre la tierra. He aquí la mentalidad que germinó en los totalitarismos, hoy desprestigiados, pero que tuvieron millones de defensores –entre los grandes intelectuales y entre la gente de a pie– a principios del siglo XX. «La verdad» –la constitución de una verdad oficial, lo que hoy llamamos despectivamente ideología– es el reto fundamental de cualquier gobierno totalitario.

jueves, 19 de marzo de 2015

Calidad en la universidad: de los cuestionarios de satisfacción a las bodas

Boda de un antiguo alumno de la Universidad Francisco de Vitoria (14-03-2015).

La evaluación de la calidad docente es uno de los grandes retos de la universidad española y el primer indicador relevante se obtiene a partir de los cuestionarios de satisfacción de los alumnos. Es razonable: los cuestionarios son una forma de evaluación a bajo coste que proporciona datos estadísticos fácilmente comparables entre grados, tipos de asignaturas, profesores, resultados de años anteriores y datos de otras universidades.

viernes, 27 de febrero de 2015

¿Qué sentido tienen los exámenes en la universidad?

Principiteando en el examen de la vida, 1º de Periodismo, Universidad Francisco de Vitoria, febrero de 2015.

El tema de los exámenes escritos es una de las patatas calientes en el debate de la pedagogía contemporánea. He cursado varias formaciones sobre evaluación impartidas por reconocidos pedagogos en que se identificaban los exámenes escritos con el tecnicismo vacío de «prueba escrita de contenidos». Para estos pedagogos los exámenes escritos no tienen sentido, porque consisten en volcar información memorizada mecánicamente y, además, generan un estrés y una tensión en los alumnos que es contraproducente. Yo asentía con cara de pasmarote, mientras trataba de recordar si alguna vez, en mi vida de estudiante universitario, yo había sufrido alguna prueba escrita de contenidos que se pareciera a lo que me decían. La verdad es que recuerdo alguna, pero, sinceramente, muy pocas. Y, desde luego, no recuerdo haber vivido ningún examen –ni ningún suspenso– como algo traumático, ni me dejé reducir nunca en esos exámenes a mero reproductor de contenidos.

Ese análisis de los expertos en pedagogía me pareció siempre muy simplón, desde el modo en que miran los ejercicios escritos (los lastres que el positivismo y la teoría matemática de la información imponen a la Pedagogía) hasta el modo de confundir el diagnóstico. Si buena parte de los jóvenes de 18 sufren crisis nerviosas por enfrentarse a un examen, algo mucho más básico está fallando, y corregir con rotus verdes en vez de rojos, o suprimir los exámenes escritos es mirar hacia otro lado.

lunes, 12 de enero de 2015

Carta al yo futuro (comunicador): “¡Merécete las vacaciones!”

Son las cartas de los comunicadores, que retornarán a su autor/destinatario en febrero de 2015.

Es el turno de los alumnos de comunicación. Cuando repaso la Carta al yo futuro de los periodistas y la comparo con ésta, me confirmo en una vieja hipótesis que, no obstante, no deja de sorprenderme: existen personalidades asociadas a determinadas profesiones. ¡Son tan distintas! Y alguno querrá ahora juzgar cuál es mejor. Mal juicio. Es mejor preguntarse qué hace únicos a los comunicadores audiovisuales, qué hace únicos a los periodistas y qué tienen, no obstante, en común. Te animo a hacerte esas tres preguntas releyendo ambas cartas de corrido, una detrás de otra. Ya me contarás qué descubres.

Por si llegas de quién sabe dónde a este blog, te pongo en contexto. Hace unos días compartí en el blog un juego muy serio que me traigo con mis alumnos:
«Una de tareas que pido a mis alumnos durante su segunda semana de vida universitaria es que se escriban una carta a su yo futuro, el yo que serán al finalizar los exámenes de febrero, sus primeros finales como universitarios. Yo me quedo con esa carta –y la leo y/o la comparto, con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre […]
Si me dan su permiso, espero compartirte pronto una entrada con varias perlas recogidas de sus distintas cartas. Estoy seguro de que, por torpe que sea mi intervención, el conjunto puede sonar armónico, como un poema colectivo» (Puedes leer la dinámica completa del ejercicio en: Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza).
Pues bien, obtuve su permiso, así que pongo en tus manos un regalo: las preguntas, dudas y miedos, retos y expectativas, consejos, motivaciones y esperanzas de un gran grupo de universitarios que esperan convertirse en un futuro en buenos comunicadores audiovisuales.

domingo, 11 de enero de 2015

Carta al yo futuro (periodista): "Te envío estas letras para para recordarte lo que quiero que seas"

Cartas de los alumnos de periodismo al "yo futuro" que cada uno de ellos será en febrero de 2015.

Te compartí hace unos días un juego muy serio que me traigo con mis alumnos:
«Una de tareas que pido a mis alumnos durante su segunda semana de vida universitaria es que se escriban una carta a su yo futuro, el yo que serán al finalizar los exámenes de febrero, sus primeros finales como universitarios. Yo me quedo con esa carta –la leo y la comparto, con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre […]
Si me dan su permiso, espero compartirte pronto una entrada con varias perlas recogidas de sus distintas cartas. Estoy seguro de que, por torpe que sea mi intervención, el conjunto puede sonar armónico, como un poema colectivo» (Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza).
Pues bien, tengo su permiso y, cuando releo algunas de las cosas que aquí trascribo, no puede dejar de emocionarme. Pongo en tus manos un tesoro que es también un regalo: las dudas, miedos, retos, expectativas, consejos y esperanzas de un gran grupo de universitarios que esperan convertirse en un futuro en buenos periodistas.

miércoles, 7 de enero de 2015

Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza


Durante sus primeros días de vida universitaria, allá por el mes de octubre, pido a mis alumnos que escriban una carta a su yo futuro, al yo que serán cuando terminen sus primeros exámenes finales. Me quedo con esa carta –y la leo con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre, a principios de febrero.

Los objetivos generales de este ejercicio son siempre los mismos. Cuando la escriben, espero que se imaginen a sí mismos al finalizar el primer gran hito de la aventura universitaria que entonces comienzan. Cuando la leen, les invito a reflexionar sobre cómo encarnan en el calendario o tiempo cronológico su tiempo biográfico, su propia vida.

Los objetivos específicos varían según el año y la asignatura que comparta con ellos, como puede variar también el tiempo entre el yo presente y el yo futuro al que les pido que escriban. Todas esas variantes ofrecen posibilidades interesantes, pues los frutos de dedicar un tiempo a pensar en nosotros, a imaginar quiénes seremos y a decirle, al que seremos, quiénes somos hoy, son incontables y pueden ser muy fecundos. Por eso la carta al yo futuro es también un recurso interesante en la práctica del Coaching Dialógico.

viernes, 10 de octubre de 2014

El primer día de clase: «Médicos ficticios para patologías reales»

Retrato del dr. House, imagen promocional de la serie House M.D.
«Tal día como hoy, en su primer día de clase en la universidad, un profesor de Medicina llevó a sus alumnos de Anatomía al depósito de cadáveres. Quería que los alumnos tuvieran su primer contacto con un paciente, en este caso, ya muerto. El profesor sacó un cadáver abierto de par en par y les dijo a sus alumnos: “Si quieren ser médicos, deben aprender a no tener miedo ni asco a los pacientes”. Dicho eso, se puso los guantes de látex e introdujo un dedo en los intestinos del paciente. Acto seguido se chupó el dedo y les dijo a sus alumnos que ellos tenían que hacer lo mismo para vencer sus miedos y sus ascos. Los alumnos -con cara de desconcierto, pero muy aplicados, como buenos estudiantes de Medicina-, se pusieron los guantes y tal como les había indicado el profesor metieron la mano en el paciente y se chuparon el dedo. Cuando todos los alumnos hubieron terminado, les dijo: “Para ser médicos tienen que aprender otra cosa más: deben ser muy observadores y estar siempre atentos, pues yo toqué al paciente con el dedo corazón y me chupé el índice”».

lunes, 29 de septiembre de 2014

El césped de Oxford

Keble College Chapel (Oxford University). Foto de David Iliff. Licencia: CC-BY-SA 3.0.

«En Europa todo es viejo y feo, no sé por qué tienen esa manía de conservar edificios antiguos. Aquí en Las Vegas tiramos y hacemos edificios nuevos constantemente y siempre tenemos la ciudad tal y como la queremos. Aquí tenemos una pirámide negra y nueva preciosa, con una luz en la cumbre, hecha por hombres libres, no como las de Egipto, viejas, con una tumba abajo y hecha por esclavos que sufrían latigazos constantemente». La transcripción es libre, pero más o menos eso vino a decir un yanqui enorme y con gorra en un programa de televisión. No merece la pena responderle a este hombre que Las Vegas nos parece a los europeos -y a los egipcios, que no son europeos- una imitación barata y cutre de algo que ese gigantón con gorra jamás podrá comprender.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Rembrandt y la mujer adúltera

Detalle del lienzo Cristo y la mujer adúltera, Rembrandt, 1644. National  Gallery, Londres.
«Escoge una idea, un texto, algo que te llame la atención. Dale vueltas, investiga un poco, vuelve sobre lo que te ha llamado la atención o sobre eso que no entiendes. Llévate esa cuestión de copas: háblalo con tus amigos, pregúntales, descubre dónde está el corazón de esa idea y qué es lo que tú ves en ella y quieres compartir con los demás. Luego, trata de contarlo plásticamente. Dale forma sensible».

Así trato de retar a mis alumnos de Bellas Artes y Diseño en la Universidad Francisco de Vitoria. Creo que lo que diferencia al gran creativo del mero efectista o técnico es su capacidad para captar lo esencial de una realidad y plasmarlo como nadie lo había hecho nunca. Un gran ejemplo de esa genialidad nos lo ofrece Rembrandt.

jueves, 4 de septiembre de 2014

El Proyecto Blog, en la II Jornada de Innovación y mejora docente de la Universidad Francisco de Vitoria

Póster del Proyecto Blog en alta resolución.
«No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como máquinas utilizables pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar. Tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario, se parece más a un perro bien amaestrado que a un ente armónicamente desarrollado» (Albert Einstein, Mi visión del mundo, p. 29).

Así empezó mi intervención de tres minutos en la que expuse el póster del Proyecto Blog en la II Jornada de Innovación y mejora docente organizada por el Instituto de Innovación de la Universidad Francisco de Vitoria. Aquí tienes un enlace directo a los pósters presentados aquel 24 de junio de 2014. En el diseño del mío conté con la colaboración de esa buscadora de #cosasbonitas que es @AmaliaCasado.

domingo, 22 de junio de 2014

Proyecto Blog 2014: una comunidad de aprendizaje más allá de las aulas

Paloma nos revela el interior de su cerebro creativo en MIND.

La primera edición del proyecto blog quiso atender a lo esencial: «Descubrir y pronunciar nuestra palabra para el mundo». Ese es el reto de todo comunicador, sea periodista, director de cine, guionista, diseñador, publicitario o artista. En cierto modo es el reto de cada ser humano, si entendemos que vivir consiste en responder, con palabras y acciones significativas, a los retos que nos plantea el mundo que nos toca vivir.

Ahora bien: todas las realidades humanas valiosas crecen desde dentro hacia fuera, alimentando lo esencial gracias a nuevos aprendizajes y experiencias que permiten consolidarlo. El Proyecto Blog 2014, desarrollado con estudiantes de Periodismo, Diseño y Bellas Artes, ha puesto el acento en las posibilidades que ofrece el blog para generar una comunidad de aprendizaje expandida, es decir, para ampliar la experiencia formativa que comienza en el corazón del aula hasta cualquier rincón del mundo.