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Fragmento de una de las ilustraciones originales de Saint-Exupery para El Principito. |
Aprendí a leer
El Principito de manos de un buen maestro, quien me capacitó para descubrir en esa pequeña obrita nuevas perspectivas que iluminan mi propia vida. El verdadero maestro no sólo nos comparte su visión; también nos enseña a mirar por nosotros mismos.