Fotograma de La espada oculta (The Hidden Blade, Yoji Yamada, 2004) |
Un joven samurai, ambicioso y soberbio, quiso desafiar a un viejo y sabio maestro. Al amanecer, acudió a su casa y lo retó. El anciano rechazó el duelo y el joven se puso muy nervioso. Comenzó a insultarle, injuriarle, gritarle… hasta llegó a arrojarle piedras… El veterano hombre de armas ni se inmutó. Al caer el sol, el joven, cansado, enfadado y derrotado en su pretensión, se alejó maldiciendo. Los siervos del viejo maestro acudieron a su amo y le preguntaron: «¿Por qué has dejado que te insultara, injuriara, gritara y arrojara piedras?». Respondió: «Si alguien te hace un regalo y lo rechazas, ¿a quién pertenece el presente?». «A quien quiso hacer el regalo». «Pues lo mismo ocurre con los insultos, las injurias, los gritos y la violencia».