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lunes, 7 de marzo de 2016

«Nostalgia de una comunión: la persona en la historia» (call for papers)

Ya está disponible online el número 2 de Relectiones, revista interdisciplinar de Filosofía y Humanidades, que lleva por título «De las ideologías a la experiencia de lo real». Aquel título daba continuidad al primer número y a la idea fundacional de la revista: «Promover y estimular la reflexión, el análisis y la investigación en el campo de las Humanidades, en orden a suscitar una nueva creatividad cultural que dilate los horizontes de la razón». Creo que en el consejo de redacción no éramos del todo conscientes de lo profético de aquella propuesta, pues el 2015 nos ha sorprendido con un virulento retorno de las ideologías y con la actualización editorial de algunos clásicos sobre el tema, que me lancé a reseñar de inmediato: El final de la ideología (Daniel Bell) y ¿El fin de la historia? Y otros ensayos (Francis Fukuyama).

Ahora te comparto la convocatoria (call for papers) para el número 3, que lleva por título: «Nostalgia de una comunión: la persona en la historia». Creemos que lo que desde hace años venimos llamando “crisis” es algo más que un cambio, o que un mal momento, en el devenir de nuestra historia. Creemos que lo realmente crítico es la pérdida de protagonismo de las personas como actores fundamentales de la historia. Por eso, las respuestas que exige nuestro tiempo no pueden limitarse a ser reflexiones generales o análisis estructurales, sino que necesitamos repensar nuestro papel concreto y encarnado en el momento histórico que nos toca vivir. Además, creemos que eso no se hace sólo en los despachos, ni sólo desde una diciplina o ciencia particular, sino que debemos hacerlo juntos. Copio a continuación el texto de la convocatoria. Tienes toda la información en: Relectiones.com.



«Enviamos ahora la convocatoria para el número 3, que hemos titulado: "Nostalgia de una comunión: la persona en la Historia". Con este título, al igual que con los anteriores, perseguimos un doble objetivo. Por un lado, convocar la atención y colaboración en los temas de frontera del mayor número de investigadores. Y por otro, muy vinculado con el anterior, interpelar acerca de las cuestiones en las que confluyen ciencias y objetos diversos y que más pueden ayudarnos a esa nueva creatividad cultural "cuyos planteamientos consigan inquietar y suscitar en nuestros contemporáneos las preguntas hondas que alienten la búsqueda sincera de la verdad, abran la razón humana a la contemplación del Misterio de lo real, alienten el diálogo y el encuentro interpersonales, confieran sentido a los fragmentos, despierten humanidades dormidas o dolidas".

Si ha habido una palabra repetida durante la última década, en distintos ambientes y con diversos enfoques, ha sido la de "crisis". Y en el mundo de la Filosofía y de la creación cultural, el período de tiempo en el que se viene usando se prolonga ya por varias décadas. Pero porque estamos convencidos de que la creatividad cultural empieza por romper esquemas y prejuicios, la convocatoria de este número nos invita a pensar la relación del sujeto personal y de la libertad dentro del campo de juego de la Historia y en relación con los demás (comunión).

Convencidos de que la persona está llamada a realizarse dentro de un horizonte de plenitud que le trasciende, y de que la realidad es muy superior a la idea, nos ha parecido que este título nos pone sobre la pista de una renovada visión sobre las ciencias humanas y sociales (economía, derecho, política, sociología, filosofía, historia, etc.) capaces de ocuparse de la libertad humana en clave de decisiones radicales y de horizontes de plenitud.

Los fallos, los límites, las dificultades o adversidades que caracterizan los periodos de crisis, siendo reales, no son más que negaciones, no posibilidades. Centrar la atención en ellos, siendo necesario y en ocasiones inevitable, no nos potencia, nos condiciona; no nos abre nuevos horizontes, nos limita; no genera propuestas negativas, sólo remiendos de urgencia.

La nostalgia de la comunión apela a una experiencia originaria, a un substrato compartido que tiende puentes, que hace camino, que reclama un bien común por encima de definiciones partidistas o parciales. Porque toda acción del hombre en la Historia supera los límites y las casillas del individuo, de las ciencias y de las teorías: el bien común reclama una metafísica llena de vida, anterior a cualquier forma particular de organización de la economía, la sociedad o la política. El sujeto disuelto en la postmodernidad y las distintas ciencias fragmentadas por las ideologías reclaman una reflexión y un discernimiento que contemplen la acción humana como cruce de inmanencia y trascendencia, de limitación y plenitud, de contingencia y deseo de absoluto. Estamos convencidos de que cuantos han emprendido ya este camino de renovación cultural y social desde sus respectivos campos del saber encontrarán en esta convocatoria un ámbito para compartir sus reflexiones, investigaciones y propuestas. Y ojalá otros muchos vean en ella la oportunidad para emprender un camino en esta dirección».

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