Parece que a los caballeros de la izquierda no les molesta ni la música ni el cuerpo.
Aunque no sabríamos valorar la altura de sus pensamientos.
Foto: Robert Doisneau, París, 1953.
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El desprecio a la teoría en el corazón de Europa es hoy alarmante. También lo es la separación radical entre teoría y práctica. He tratado de dar cuenta de este malentendido en Elogio de la Teoría I y Elogio de la Teoría II. Esta vez querría mostrar con un delicioso fragmento de Jorge Luis Borges que parte de esta culpa la tienen, es verdad, los filósofos.