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domingo, 11 de enero de 2015

Carta al yo futuro (periodista): "Te envío estas letras para para recordarte lo que quiero que seas"

Cartas de los alumnos de periodismo al "yo futuro" que cada uno de ellos será en febrero de 2015.

Te compartí hace unos días un juego muy serio que me traigo con mis alumnos:
«Una de tareas que pido a mis alumnos durante su segunda semana de vida universitaria es que se escriban una carta a su yo futuro, el yo que serán al finalizar los exámenes de febrero, sus primeros finales como universitarios. Yo me quedo con esa carta –la leo y la comparto, con su permiso– hasta que se la devuelvo puntualmente al comenzar el segundo semestre […]
Si me dan su permiso, espero compartirte pronto una entrada con varias perlas recogidas de sus distintas cartas. Estoy seguro de que, por torpe que sea mi intervención, el conjunto puede sonar armónico, como un poema colectivo» (Carta al ‘yo futuro’: escribir nuestra historia y vivir con esperanza).
Pues bien, tengo su permiso y, cuando releo algunas de las cosas que aquí trascribo, no puede dejar de emocionarme. Pongo en tus manos un tesoro que es también un regalo: las dudas, miedos, retos, expectativas, consejos y esperanzas de un gran grupo de universitarios que esperan convertirse en un futuro en buenos periodistas.

“Querido yo futuro:”

“Ayer me propusieron escribirte una carta, algo en lo que se reflejen mis futuras aspiraciones, aquello que tal vez tú hayas podido alcanzar, o tal vez no. Me pidieron que te recordara mañana lo que para mí es importante hoy, tan al comienzo de mi vida, tan inexperta y desconocida por dentro”.

“Dicen que las palabras se las lleva el viento, por eso estoy dispuesta a dejar por escrito aquello que no quiero que olvides”.

“Es muy probable que nada más empezar a leer esta carta sueltes una carcajada. Pensarás que es una estupidez y que este trabajo no sirve para nada. Siento decirte que estás confundido. Confundido por ignorar tus metas pasadas; confundido por no ser constante; confundido por subestimarte y sobre todo confundido por no saber valorar el tiempo. El tiempo pasa, querido yo. El tiempo se pierde. Se va. A veces odiarás el tiempo, siempre querrás conseguir más y más. Pero siento decirte que sigues confundido”.

“Hace pocos meses comenzaste una nueva vida, dejaste tu casa, tu familia y tus amigos para conseguir tu sueño. Por primera vez en mucho tiempo has pensado en ti, en tu felicidad y en tu futuro, algo que nunca hubiera imaginado”. “Después de tanto sacrificio y esfuerzo ya estás aquí, viviendo la universidad”.

“Hace apenas unos años no sabías qué hacer con tu vida. Cuando aquel día de noviembre te sentaste en tu mesa de estudio y te preguntaste qué querías ser, sólo una idea venía a tu mente: quiero ser periodista. No parecía buena opción, bastaba con encender el televisor y ver la crisis de desconfianza que sufre la profesión y los miles de titulados que no encuentran trabajo. Pero por una vez no te asustaste y apostaste por tus sueños”.

“Mi mundo ha cambiado. Se me ha regalado la posibilidad de ver y estar en una parte nueva de él. Estoy en un sitio en el que me enseñan a mirar más allá de lo que veo, algo que siempre he intentado con mis propios mecanismos, pero que nunca ha sido tan enriquecedor como lo es ahora”.

“Estos primeras días en la universidad has sido una novedad para mí”. “Tu visión de la universidad se transformó en un gran gimnasio donde ejercitar la totalidad de las facultades que te conforman como persona”.

Miedos y dudas

“Inicio esta andadura universitaria con una mezcla de desorientación y miedo”. “Estoy pasando por una etapa un poco difícil de mi vida. Todo es nuevo: la ciudad, los amigos, los estudios...” “¿Eres feliz? ¿Te arrepientes de haber escogido esta carrera?” “Al principio tenías miedo”. “Hace unos meses tenías miedo”. “Tuve muchas dudas”. “Espero que hayas superado algunos de tus miedos”. “¡No tengas miedo”.

“Por si no lo sabías, el número de parados que estudiaron Periodismo en tu país ronda los 27.000 y para poder destacar tendrás que esforzarte, dar lo mejor de ti y fortalecer tu personalidad, que es lo que te hará única entre el resto”.

“Han sido demasiados años, demasiadas caídas y tan pocas alegrías… ya nada puede suponer otra cima inalcanzable”.

Retos y expectativas

“Te escribo para comprobar que nuestros retos y expectativas se van cumpliendo”. “Vengo desde octubre de 2014 para recordarte las expectativas que tengo”.

“Mis expectativas son muchas”. “Me gustaría sacar muy buenas notas, pero también haber aprendido de verdad”. “Quiero continuar con las mismas ganas de aprender y saber que tengo en este momento”.

“Uno de mis objetivos consiste en mantenerme firme en el pensamiento de que mi presencia en la universidad es voluntaria. No debo dejarme llevar por el cansancio que en ciertos momentos pueda afectarme y pasar a concebir la universidad –la carrera– como una onerosa obligación”.

“En tus ojos pude ver que tus retos no se quedaban encerrados en tu profesión, sino que iban más allá, estaban planteados de forma que sirvieran a la sociedad. Tengo que confesarte que al principio te veía con algunas dudas”.

“Espero que seas al menos un poquito más feliz que hoy”

“En febrero, querido yo, quiero tener fe, además de entusiasmo”.

Dificultades

“Hace tiempo tuviste que enfrentarte a la decisión de escoger grado y universidad; ahora es el momento de aprovechar todas las oportunidades que te ofrece tu elección”. “¡El gran problema del estudiante: la dejadez y la pereza!”.

“Sé que vendrán días duros y que me quedan lágrimas por derramar, pero estoy convencida de que nada es en vano”.

“No te rindas”.

“No te rindas”.

“Lucha”.

A hombros de gigantes

“¿Recuerdas el discurso de Steve Jobs? Te pido que sigas siendo una ilusa que desea mejorar la vida de otros, que lucha por la verdad y por un mundo más justo. Que el miedo sea una herramienta para ponerte en marcha”.

Un deseo presupone la posibilidad de la acción necesaria para su logro, una acción presupone un objetivo digno de ser alcanzado, dijo Ayn Rand”.

“Como dijo Will Smith: no existe una manera fácil. No importa cuán talentoso seas, tu talento te va a fallar si tú no lo desarrollas, si no estudias, si no trabajas duro, si no te dedicas a ser mejor cada día”.

“Disfruta haciendo lo que hagas porque como dijo Luc de Clapiers, no es verdad que se haya hecho fortuna cuando no se sabe disfrutar de ella”.

Motivaciones

“Te envío esta carta para recordarte lo que quiero que seas”.

“En un futuro espero recordar el tipo de persona que fui. No puedo ser más feliz. Me despierto con una sonrisa y me acuesto con otra todavía más grande”.

“Quiero recordarte lo mucho que admiras las palabras, que al fin y al cabo son tu principal herramienta, el cemento de tu edificio: son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… , me prosterno ante ellas… las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… escribía Pablo Neruda. No olvides esa confianza tan grande que tienes en las palabras. Sostienes en tu mano un arma muy poderosa, utilízala con amor”.

“Llevas enamorada de los informativos desde que tienes uso de razón, practicando ante los espejos que hacían la función de cámaras de televisión, analizando las opiniones de aquellos que parecían conocer todo lo que se tenía que conocer y esperando el momento justo para hacer de portavoz de los que tenían pánico a ser escuchados”.

“Saca la máxima nota posible para mantener tu beca, ¡bastante hacen ya tus padres por ti! Ayúdales a que tus estudios no resulten tan caros”.

“Estar aquí es una oportunidad que la vida me ha brindado y por eso debo aprovecharla”. “Sabes por qué estás en esta universidad: disfruta y aprende todo lo que puedas, no sólo de los profesores, también de tus compañeros. Aprovecha la oportunidad que se te ha dado”.

“Quiero recordarte la gran suerte que tienes. El regalo de poder seguir gastando ese tiempo. Pero tú decides con quién y cómo”.

“¿Recuerdas lo duro que te parecía todo este cambio al principio? Tampoco ha sido tan complicado y ¡mírate!, hacía tiempo que no te veía tan feliz”.

“Tengo fe en ti”.

“Cuando abras esta carta, quiero que puedas decir que lo que siempre habías intuido te hace realmente feliz. Que tienes más cultura. Quiero estar en forma, como decía Ortega y Gasset en Misión de la universidad. Porque mi miedo es que no llegue el instante al que él se refiere en el primer capítulo de su libro: ¿No ha llegado, pues, el instante de que al viejo entusiasmo agreguemos una fe recién nacida?

Consejos

“La universidad te cambiará, pero no renuncies a tus principios ni robes tiempo a tu familia y viejos amigos; con ellos fuiste feliz y sin ellos puede que el éxito no sea real, porque pierdes más de lo que ganas”.

“No cambies, no pierdas tu esencia, no dejes de ser tú misma”. “Madrid te ofrece muchas oportunidades, pero no dejes de estar orgullosa de tus orígenes”.

“Trabaja. Esfuérzate durante toda la carrera. Potencia la materia prima y genera un buen producto. Asume los errores y enmiéndalos. Evita las excusas. No te compares, es irrebatible que siempre habrá alguien mejor que tú en algo. Incluso si eres mediocre, trabaja. El trabajo eleva a la categoría de excelente algo que puede ser común”.

“Nunca olvides lo importante que es el amor y la felicidad”.

“Eres bueno y lo sabes, pero recuerda que es la humildad la que hace grande al hombre”.

Esperanzas

“Dicen que el periodismo es el mejor oficio del mundo; espero poder confirmarlo en unos pocos años”.

“Me encantaría saber que tú y yo seguimos levantándonos a las 5:50 para ir a correr todas las mañanas”.

“Si todo ha ido como esperaba, has debido de perder en cierto modo tu pánico a hablar en público”.

“Sé que cuando me leas un nuevo yo se está puliendo”.

“A parte del trabajo, espero que sigas buscando a tu chica ideal, a tu media naranja, con quien formar una familia. Espero que conserves las buenas amistades que has forjado durante todo este tiempo. Tus amigos y tu familia son lo más importante”.

Despedida

“No sé muchas cosas del futuro, pero sí sé que serás feliz”. “¡Sé feliz!”.

“No sé dónde estarás ahora, pero espero que estés haciendo lo que te propones y disfrutando de todo lo que anhelas: ¡pásalo bien!”. “¡Disfruta! ¡Vive!”.

“Acuéstate meditando si lo que hiciste hoy es lo que te lleva a donde quieres estar mañana”.

“Espero que seas feliz”.

“Un autoabrazo",

Tu yo presente”.

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