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jueves, 30 de mayo de 2013

“Quiero que existas siempre” (El Juego: 2 de 2)

Foto: Marta Esteban-Infantes
Acepté el reto de El Juego que propone Marta en su blog Eme Entrópica a pesar de no ser un artista, al menos en el sentido estricto del término. No obstante, trato de enseñar en mis clases que toda acción auténticamente humana es una obra, lo que los artistas llaman una creación. En ese sentido, todos los seres humanos estamos llamados no tanto a hacer cosas como a obrar, es decir, a proceder de forma que nuestra acción nos mejore a nosotros mismos y mejore a quienes entran en contacto con ella.

Mi arte y mi obrar suelen desplegarse en diversos ámbitos: el arte de convivir con la familia, el arte de la amistad, el arte del encuentro entre maestros y discípulos en la universidad, la fotografía, la escritura, la investigación… Todas esas actividades son artes, con su parte de técnica y su parte de genio personal. Quizá en todas ellas pongo algo muy mío: una especie de pensar con. Creo que el pensar-con es la condición necesaria para un con-vivir creativo.

La creación que me propone Marta para que responda con una creación mía es la foto que encabeza esta entrada. Lo que estás leyendo es mi respuesta a esa obra. Es un pensar-con Marta en un diálogo mediado por su arte de hacer fotos y el mío de escribir. Y su arte de hacer fotos me sugiere tres grandes temas. La convivencia, la permanencia y el amor.

La fotografía retrata un hogar abandonado. Una convivencia tal vez rota, quizá terminada, en todo caso mudada. Ahí fue y ya no es. Ese lugar está roto, vacío, abandonado, descuidado. Sin embargo, una persona llega allí, escoge una mirada, dispara una fotografía, la llama creación y la comparte con el mundo. ¿Qué ha pasado?

La ventana que nos abre Marta nos invita (quizá hasta nos ob-liga) a habitar de nuevo ese rincón del mundo. Al mirar esa habitación con ojos humanos, la habitamos de nuevo. No mirar, no atender, no escuchar… es abandonar. Mirar, atender, escuchar… es acoger y habitar. Prueba a sostener la mirada. Si la mantienes el tiempo suficiente, cesará el abandono, volverán la convivencia y el hogar.

¿Por qué tomamos fotografías? Hay infinitas razones particulares, pero hay una presente en todas las demás: permanecer. Algunas fotografías conectan con un claro anhelo de eternidad. Desafían el espacio y el tiempo para atesorar un pedazito de realidad y nuestra forma de contemplarlo. Cada fotografía desafía a la vejez, al abandono y al olvido, aun cuando los retrata. Cada fotografía abre una ventana hacia otra persona, otro lugar, otro mundo. Cada fotografía es un traer aquí y un permanecer. Por eso a veces queremos romper algunas fotografías. Por eso también queremos conservar otras.

¿Por qué conservamos fotografías? Porque no queremos que (nuestra mirada sobre) ese pedazito de realidad se pierda. Un álbum de fotos familiar, un museo histórico con fotografías… son realidades y lugares que atraen a algunas personas que yo llamaría amantes. El ritual de repasar las fotos, de recorrer la mirada por las personas y lugares que allí aparecen, de hacer memoria del corazón, de reír, llorar, callar… Les miro y parecen decir: “Quiero que sigas así, y ahí”. Tal vez, incluso: “Quiero que existas siempre”. Así define Joseph Pieper el amor de amistad: como un decirle a alguien “quiero que existas siempre”  Por eso creo que toda obra, y toda fotografía que es también obra o creación, es un acto de amor.

2 comentarios:


  1. Hoy quiero esforzarme algo más de lo normal. Ayer fue mi última clase en mi paso por la Universidad y me encuentro con ganas.

    Coincidimos en el hecho de considerar el arte como una manera de mirar, un estilo -donde miremos ya es otra cosa. Me siento profundamente identificado con el concepto de arte como actitud amorosa o como lo llamo yo: un estado caritativo. Y la creatividad, como nos enseñaste: un juego, re-creo.
    Al igual que tu apuntas, al haber un vacío conceptual bastante extendido en cuanto a lo divino o sobrenatural, enseguida elevamos a las personas al nivel de Dioses o Creadores y esta cosmovisión suele acabar en tragedia.
    Un artista es más bien "un cualquiera". El más bien recrea, juega, une cosas y conceptos que desde la lógica no encajan. Es creativo.Es como un niño que ha sobrevivido al condicionamiento de los adultos, en realidad es un verdadero cristiano. "Dejad que los niños se acerquen a mi"
    Como tu bien dices "el arte de convivir con la familia, el arte de la amistad, el arte del encuentro entre maestros y discípulos en la universidad, la fotografía, la escritura, la investigación…"
    Aquí reside la reflexión que una y otra vez me ha venido a la cabeza durante este tiempo de formación ¿Qué es arte?
    Pues sencillamente es ponerle amor a algo, y esto -le duela a quien le duela- está al alcance de todos, todos tenemos esa potencialidad. Es la entrega apasionada -muchas veces carente de lógica- hacia el otro, por que "si el arte no está hecho para comunicar, se convierte en un lenguaje hermético que solo el artista entiende" y no hay encuentro, entonces el arte carece de sentido y el artista termina explotando. Aquello que conoce y que es más grande que el no ha sido comunicado, no ha acercado su Don al mundo.

    Esa energía en forma de visión y talento: si no fluye, explota.

    Sobre el porqué tomamos fotografías, hay ciertos autores que escribieron sobre este hecho, que por mi mala memoria no recuerdo, uno de ellos creo recordar fue Cartier Bresson y decía que detrás de cada fotografía hay un "Yo he sido". Tu le das un enfoque distinto, asociándo el "instante decisivo" con el concepto de amor de amistad de Joseph Pieper de "Quiero que existas siempre". En este momento el niño que juega y se recrea eres tu. Siendo el artista que se acerca a Él.

    Josue Juarez.

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  2. Gracias, Josué. Nos tienes acostumbrados a dejarnos disfrutar de tu obra visual... pero también es una gozada leer/escuchar tus palabras.

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