martes, 29 de octubre de 2024

Análisis de una IA sobre la carta de dimisión de Errejón: «Una renuncia pública que se siente tanto honesta como estratégica en su mensaje de integridad y renovación»

Captura de pantalla del perfil de X de Íñigo Errejón (29.10.2024)

Sigo jugueteando con las posibilidades de la IAG para la enseñanza del pensamiento crítico en el ámbito del periodismo. No soy un experto en IA ni en su uso docente, quede claro. Me limito a compartir una experiencia con la ilusión de que sea útil para otros o, mejor aún, con la esperanza de ser matizado y corregido por otros, que hay quien me enseñe a comprender mejor estas herramientas, a sacarles partido, a usarlas adecuadamente. Quizá compartir estas experiencias ayude también a mejorar el desarrollo próximo de las IAG. 

A últimas, escribo estas entradas para mis alumnos, para que se cuestionen las posibilidades y límites del uso actual de la IAG como herramienta auxiliar para formar su pensamiento crítico. Ahora bien: ¿Quién de nosotros no es un eterno aprendiz en el hábito de pensar con rigor para vivir creativamente?

Una última aclaración: escogí este tema por verdadero interés político: me preocupan las dinámicas de abuso de poder y de autoridad que devienen con frecuencia en abusos de conciencia y/o sexuales. Pero, al escoger este tema, huyo conscientemente del ánimo partidista: la dialéctica de las izquierdas, las derechas, los patriarcados y los feminismos que aprovechan cualquier asunto para confundir las cosas y ganar apoyos sólo empeoran las cosas. Aquí, ahora, los voy a obviar. 

lunes, 30 de septiembre de 2024

Mandamientos del pensamiento complejo (de charla con una IAG)

A lo largo de mi vida académica me encontrado con varios «conceptos-encrucijada» (transdisciplinariedad, principio del tercero incluido, principio dialógico, paradigma de la complejidad) que presentaban al menos una dirección común: «Por aquí se llega a Edgar Morin». Hace unos días me animé a explorar ese destino y recorrí su Introducción al pensamiento complejo (París, 1990). 

Me pregunto si la imagen de la portada (junto a este texto), no debería incluir al menos a dos personas; y también si no deberían estar las personas en el centro de la espiral y dejar la apertura de ésta hacia lo abierto, profundo, indecible.

El caso es que Morin menciona en ese libro sus «mandamientos de la complejidad». «No voy a repetirlos aquí, pero hay diez principios», escribe, misterioso él (p. 146). «¿Cuáles?», me pregunto. «¿Cuáles?», pregunto un minuto después a una Inteligencia Artificial Generativa (IAG), tipo Chat GPT, pero otra. Respuesta:

«Edgar Morin no estableció específicamente "10 mandamientos de la complejidad", pero sí desarrolló principios clave en su teoría del pensamiento complejo. Basándome en sus ideas, podemos resumir algunos de los conceptos fundamentales de la siguiente manera: […]».

Decido insistir, cortésmente: «Creo que Morin sí establece 10 principios, en concreto, en su obra Ciencia con conciencia». «Tiene razón, me disculpo por el error en mi respuesta anterior». Sabed que la IAG y yo nos entrenamos mutuamente en la cortesía británica de la discusión cordial. Me concede amablemente la semejanza entre «mandamientos» y «principios». Sin desdecirse, sin embargo, de lo anterior:

«Efectivamente, Edgar Morin sí propuso 10 principios o mandamientos de la complejidad en su obra Ciencia con conciencia. Basándome en la información proporcionada, aquí están los 10 mandamientos de la complejidad según Edgar Morin: […]».

Lo que viene en los «[…]» de su segunda respuesta es exactamente lo que ya dijo en los «[…]» de su primera respuesta. No los reproduzco aquí, porque no son lo que dice Morin en esa obra. Hablo con una IAG cordial, pero cabezota. Así que voy a la fuente: Ciencia con conciencia (Ed. Anthropos, versión de Ana Sánchez, 1984). Allí encuentro un capítulo titulado «Los mandamientos de la complejidad» (p. 357 y ss). Resulta que Morin los llama, alternativamente, «mandamientos» y «principios». Pero Morin recuerda mal —o cambia de opinión, como gusta decir Sánchez de sí mismo— pues allí no presenta diez mandamientos, sino 13. Quizá la analogía mosaica resultó muy poderosa y procuró que sobraban tres.

martes, 17 de septiembre de 2024

Periodismo, deporte y pensamiento crítico

Fotograma de El peor equipo del mundo (Taika Waititi, 2023).

Este año estreno la asignatura de «Bases del Pensamiento Crítico» en 1º de Periodismo (Universidad Francisco de Vitoria). Nueva en el plan de estudios que entra en vigor en 2024, la asignatura se imparte en el primer semestre y pretende paliar una carencia cada vez más notable en el mundo profesional del periodismo. Algunas series televisivas, como The Newsroom (Aaron Sorkin, HBO, 2012-14), parecen diseñadas explícitamente para identificar y combatir esa carencia. La serie me interesó tanto que le dediqué varias notas de este blog, con la intención de trabajarlas con mis alumnos de Teoría de la Comunicación. 

En la literatura anglosajona, el «pensamiento crítico» suele limitarse a enseñar técnicas para detectar falacias lógicas o evaluar la calidad de las fuentes de información. Esto es necesario, pero no es suficiente. El pensamiento crítico, además de un conjunto de técnicas, es una virtud, un hábito intelectual que, para aplicarse adecuadamente, debe ir acompañado de otros hábitos intelectuales y morales. Es necesario, por ejemplo, combinar pensamiento crítico y pensamiento creativo, como trataré de hacer más abajo. Es preciso también no reducir el pensamiento creativo a otro conjunto de técnicas, sino formarlo como otro hábito. Distinguir cuándo toca ser creativos y cuándo críticos es un arte, del que se ocupa otra virtud, la prudencia. Y la prudencia conecta las virtudes intelectuales con las morales: templanza, fortaleza, justicia, etc.

jueves, 30 de noviembre de 2023

De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir

Mis colegas Victoria Hernández Ruiz y Javier Rubio Hípola, del GEI Imaginación y Mundos Posibles, han coordinado un proyecto de investigación y un congreso que ha reunido a magníficos investigadores en torno a la obra teórica, literaria y visual de J. R. R. Tolkien. Fruto de estos trabajos es el libro Tolkien revisitado, 50 años después de su viaje a Valinor (Sindéresis, 2023). En el libro participan algunos de los investigadores de Tolkien más reputados, como Eduardo Segura, Alison Milbank y Martin Simonson. Tengo el honor de publicar con ellos y con otros colegas un capítulo-gancho, una invitación a quienes quieran investigar la teoría poética de Tolkien, con el título "De la mímesis a la sub-creación: rutas para investigadores del porvenir".

El objetivo de ese capítulo es contribuir a una renovada comprensión de la fantasía moderna, en lo referido a sus potencialidades especulativas y prácticas, es decir, a su capacidad para cuestionarnos a nosotros mismos, nuestro mundo y nuestro modo de conducirnos en él. Para hacerlo, presenta una pregunta de investigación: ¿Qué añade la noción de "sub-creación" de J.R.R. Tolkien a la "mímesis" aristotélica? Luego ofrece un método y las fuentes fundamentales para responder a esa pregunta. Finalmente, abre una primera ruta para responder a la cuestión, en la que se indican la ruptura y la continuidad entre la cosmovisión del griego y la del británico. Precisamente en los intersticios de esa ruptura se cuela la posibilidad poética de la fantasía moderna.

Ref: ABELLÁN-GARCÍA BARRIO, Álvaro. "De la mímesis a la subcreación: rutas para investigadores del porvenir", en HERNÁNDEZ RUIZ, V Y RUBIO HÍPOLA, J. (coords.), con prólogo de Eduardo SEGURA. Tolkien revisitado. 50 años después de su viaje a Valinor, Sindéresis, Madrid, 2023, 61-80.


viernes, 24 de noviembre de 2023

Sagasti: de padres e hijos

Calle Mártires concepcionistas, 1. Madrid.

Me recuerda un doctorando —y hace bien— que no estoy cumpliendo la promesa de compartir por esta vía mi #CaminoATitular, aunque algo más lo he hecho en Ig. Lo cierto es que he avanzado mucho en las lecturas y el plan de trabajo y pronto daré cuenta de eso. Pero no así en la escritura. Acumulo más de 100 páginas que habrán de tener otro uso —futuros papers—. Pero sí, ya he encontrado el tono, al menos para la primera parte del proyecto que es, en realidad, memoria. Son ya unas 40 páginas. Comienza así...

Sagasti: de padres e hijos

Colegio Calasancio, antigua cárcel de Porlier, finales de los 80. «Es listo, pero muy vago», repetían los profesores a mis padres. Tomaban como evidencia la evaluación continua. Primeros parciales: 0, 2, 4, 3… Hacia mitad de trimestre: 7, 6, 8, 10… Nota final: aprobado. Los datos eran ciertos. La interpretación, errada. No es que yo pasara las tardes tumbado en la cama con la mirada fija en el techo, que también. Es que prefería hacer otras cosas que mis preocupados profesores no veían, pues lo las recogían los números. Jugar al baloncesto, practicar judo, escuchar música, leer y escribir, ojear láminas y dibujar, repasar atlas y trazar mapas de islas imaginarias, diseñar aventuras de Dungeons & Dragons para meter en problemas a mis amigos y ver cómo los superaban. El plan era el siguiente: gastar poco tiempo y esfuerzo en memorizar datos sin contexto o en solucionar problemas artificiales que ya estaban resueltos. Invertir el tiempo y esfuerzo ahorrados en entrenar el cuerpo, la mente y el corazón. Disfrutar con amigos de actividades estimulantes; entrar en contacto directo con los grandes pensadores, escritores, artistas; inventar situaciones realmente nuevas y tratar de solventarlas creativamente.